Alicia todo el tiempo

17 minutos. 1.85:1. Argentina . 2024.

MALEZA CINE.

Sinopsis:

Imágenes en la basura, imágenes del pasado, animales varios, un niño león herido, vecinas que cantan un viejo bolero, un vendedor de yerbas medicinales que hace videos de cocina. Un viaje en tren. Una pandemia. Alicia (80) no sale de su casa, pasa algunas horas a la semana con Maria (28).

A partir de una pieza corta interdisciplinaria en coautoría con el escritor I. Acevedo y las músicas Susi Pireli (Inés Copertino y Paula Trama), comisionada por el Festival de Arte Queer de Buenos Aires, Vladimir la amplía a este cortometraje experimento. 

Actúan:

Miel Bargman Alicia Labraga  María Sander I Acevedo Gregorio Llambi  Inés Copertino  Paula Trama 

Un cortometraje de Maleza Cine. Edición y colaboración autoral: Maxi Passarelli. Dirección de Fotografía: Roman Kasserroller. Dirección de Arte y Asistencia de Cámara: Alix Cobelo. Sonido Directo: Sofía Montes. Postproducción de Sonido: Marcos Canosa. Postproducción de Imagen: Inés Duacastella. Producción ejecutiva: Clara Massot. Dirección: Vladimir Durán.

A partir de Prisma Invertido, pieza corta interdisciplinaria en coautoría con I. Acevedo, Inés Copertino y Paula Trama (Susi Pireli). Comisionada por el FAQ Festival Internacional de Arte Queer de Buenos Aires. Productora ejecutiva: Violeta Uman. Producción: Martina Juncadella, Renzo Cozza. Edición: Veronica Balduzzi.

Nota de intención:

La película cinematográfica con sus fotogramas y sus perforaciones laterales se parece a una vía férrea (algo que, técnicamente, solo se puede transitar linealmente), así mismo percibimos el tiempo. Decía Stiegler que el cine, como objeto temporal, es un devenir evidentemente técnico, pero es también la posibilidad misma de soñar: es un devenir esencialmente psíquico. Alicia lee en un libro: Constitución es el futuro porque un tren te lleva al futuro. A Alicia se le enrarece el tiempo, los tiempos, su percepción, su memoria, su(s) deseo(s) del pasado y presente. Se trae de otros tiempos y trae memorias y fantasías a este tiempo. Y deja de vivirlo como una vía férrea, se le transforma en una especie de fritura psíquica.

Sobre Alicia todo el tiempo:

Con paciencia infinita, pero también con emoción, con el orgullo del orfebre que hurga en la conexión secreta de las cosas, Vladimir Durán consigue un breve dietario del desasosiego. Cartas, canciones, confesiones entredichas, olvidos: una colaboración virtuosa que se sostiene menos en la idea de relato que en la arquitectura fantasma de la amnesia, la pérdida, el gasto de lo que no ha de volver. El director juega con los tiempos, la rara vitalidad de los planos y un sentimiento inocultable de tristeza que es, a la vez, régimen retórico y destino sin reparación posible. Alicia todo el tiempo destila la puntillosa gentileza de una desdicha cuyo pudor le impide gritar su nombre. David Obarrio. Bafici.